Vía Verde de Ojos Negros I y II
HISTORIA DEL FERROCARRI DE LAS MINA DE OJOS NEGROS
El ferrocarril minero de Sierra Menera comenzó a funcionar el 27 de julio de 1907 transportando el hierro de los ricos filones situados en las minas de Ojos Negros (Teruel) hacia el puerto de Sagunto. Estos yacimientos se hallaban a tan sólo 15 km del ferrocarril de vía ancha explotado por la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón. A pesar de la corta distancia, dadas las altas tarifas que imponía la Compañía del Central, la empresa minera se planteó la construcción de un ferrocarril propio desde las minas hasta un embarcadero en la costa. La desmesura fue tal que se tendió un ferrocarril de 205 km de longitud, de vía estrecha, casi en su totalidad paralelo a las vías del Central de Aragón.
Concebido únicamente para el transporte de mineral, su vida estuvo siempre condicionada por el nivel de actividad de su cuenca minera. El aumento de la producción fue constante, especialmente desde la puesta en marcha de la planta siderúrgica de Sagunto. La demanda de transporte sin embargo creció de tal forma, que la empresa minera comprobó que su ferrocarril estaba siendo un auténtico cuello de botella que estrangulaba sus posibilidades de expansión. Por ello comenzaron los contactos con RENFE para traspasar a esta empresa el transporte de hierro.
En 1972 se clausura el ferrocarril, aprovechando RENFE algunos tramos de Sierra Menera, en los dos extremos de la línea, para el tráfico de sus trenes de vía ancha. Poco después se levantaron las vías y su material móvil aún válido fue reutilizado por otros ferrocarriles de vía estrecha nacionales.
En 1972 se clausura el ferrocarril, aprovechando RENFE algunos tramos de Sierra Menera, en los dos extremos de la línea, para el tráfico de sus trenes de vía ancha. Poco después se levantaron las vías y su material móvil aún válido fue reutilizado por otros ferrocarriles de vía estrecha nacionales.
V. V. de Ojos Negros I
La
Vía Verde de Ojos Negros en su tramo valenciano desde Barracas
(Castellón) -límite con Aragón- hasta Algimia de Alfara y Torres –
Torres (Valencia), ha sido acometido por la Generalitat Valenciana. Hay
que advertir que se ha respetado la kilometración original con la que
contaba la vía minera, con la idea de preservar lo histórico y más
importante: con la previsión de que en un futuro próximo –cuando la Vía
Verde se termine de ejecutar en todo su trayecto– exista una unidad
kilométrica entre ambos tramos con un recorrido de casi 200 km . Así
pues el km 0 estará en las minas de Ojos Negros (Teruel) y el km 203 en
el Puerto de Sagunto. Actualmente, además del tramo que aquí se describe
existen otros 92 Km por tierras de Teruel hasta la localidad de Santa
Eulalia, lo que la convierte en la vía verde más larga de España con 162
km continuos.
Esta
vía cuenta con un atractivo añadido que facilitará nuestra excursión: la
vía está acompañada en casi todo su recorrido por la línea de
ferrocarril Valencia-Teruel y existen varias paradas muy próximas al
trazado de la Vía Verde , desde las cuales podemos acceder a ella. Son
las siguientes: Algimia, Soneja, Segorbe, Navajas, Jérica y Caudiel.
Recomendamos a los ciclistas que consulten las condiciones de admisión
de bicicletas a bordo de los trenes en www.renfe.es para evitar sorpresas de última hora.
Km 0
El recorrido comienza en la estación de Barracas. Para
tomar la Vía Verde , hay que dirigirse hacia el pueblo y pronto
observaremos unas escalinatas que conducen a la carretera de El Toro. La
tomamos, e inmediatamente cruzamos las vías por un puente y giramos a
la izquierda por un camino rural asfaltado. A unos 150 m . está el
acceso a la vía verde.
También podríamos acercarnos al Km 119,2 (del kilometraje original) y llegaríamos a la antigua estación de Barracas de
la vía verde (zona del “Palancar” a 5,5 Kms.) muy próxima al límite con
Teruel y convertida por la Conselleria de Medio Ambiente, de la
Generalitat Valenciana , en albergue y gran zona de esparcimiento.
Dejamos el pueblo y nos enfilamos por una larga recta hacia el Llano de Barracas.
Aparecerán unas trincheras con muros de piedra a modo de “cortanieves”,
un camino a la izquierda que conduce a la población de El Toro y una
chopera ubicada entre dos terraplenes, donde se sitúa un Área de
descanso (Km 2,8).
En esta meseta, en el
Km 4,7 de la vía verde debe abandonar la antigua traza y discurrir por
un habilitado camino rural con muy poco tráfico. Cruzaremos la vía en
activo por debajo de un puente al igual que hacía el ferrocarril minero
pero unos cientos de metros más adelante. Una vez cruzadas las vías,
retomamos la vía verde (Km 6), que discurre en trazado completamente
recto y paralelo a las vías en uso de ADIF. La vía afronta desde aquí el
descenso del mítico Puerto del Ragudo. Un kilómetro
después, nos topamos con el Sendero de Gran Recorrido GR-7, cuyas marcas
nos acompañarán durante unos cuantos kilómetros.
La vía verde prosigue entre un paisaje protagonizado por los pinares del entorno. En el Km 8,7 se alcanzan las dos estaciones de Torás (ADIF y Sierra Morena) ambas abandonadas.
El Sendero GR-7 se desvía, entre la pinada, hacia la aldea de Monleón. Un kilómetro y medio después un cartel nos indica que hay una fuente.
En el (Km 12,3) se sitúa el Mirador del Ragudo . Magnífica oportunidad para contemplar las Sierras de Espadán, al Este y la Calderona , al Sur.
Una
vez pasado un viaducto (Km 12,6) aparece a la derecha una caseta
refugio que puede ser utilizada para guarecerse de las inclemencias
(frio, nieve o lluvia) ya que tiene una chimenea y leña.
A la altura del Km. 13 aparece el primer túnel de la ruta, el túnel del Ragudo, larga galería de 237 m . Posteriormente, atravesaremos otros dos túneles, pero ya de menor longitud.
Alcanzaremos las inmediaciones de la estación de Masadas Blancas (Km
15) junto al cruce con el viejo trazado de la carretera N 234 y que
cuenta con un Área de descanso. Unos 300 metros después observamos un
bunker nido de ametralladoras de la Guerra Civil. El firme ahora es de
tierra compactada (unos 500 m .) debido a las obras del cruce de la
autovía, que pasaremos por un paso inferior.
En
el Km 16,5 la vía se interna en un agreste terreno de pinares. A la
izquierda el sendero GR-7 se separa, definitivamente, siguiendo el
antiguo Camino Real de Aragón.
Viaducto
de La Fuensanta. Esta gran obra, de casi 150 m de longitud, se dispone
casi completamente adosada a la de su vía hermana. En este punto se
recomienda una pequeña excursión al fondo del barranco, al que se puede
bajar por un camino a la izquierda. De ese modo, podremos apreciar la
grandiosa y bella obra de dos viaductos paralelos y casi adosados. Estas
sobrias obras de ingeniería engrandecen este paraje e invitan a la
parada contemplativa. Esta escala nos permitirá, al mismo tiempo,
refrescarnos con el agua del manantial que existe a la vera del camino,
anunciada por el verdor que se desparrama a su alrededor.
En el Km 22,8 llegamos a la estación de Caudiel, solitario
enclave todavía en buen estado y donde aún se conservan, en un nivel
superior a las vías, las balsas de agua para las potentes locomotoras de
vapor de Sierra Menera, lugar que se ha aprovechado para la instalación
de un Área de descanso.
Antes de llegar al túnel de Caudiel, en el Km 23,4, un camino a la derecha conduce a la estación de tren, que está a unos 500 metros de este desvío.
En
el Km 24 aparece la entrada del túnel repleta de vegetación. Con 220
metros de longitud, su paso no presenta dificultad, pues está iluminado
mediante encendido automático y su firme cementado.
Nada
más salir de este túnel nos encontramos con una fuente-lavadero y las
casas que forman parte de “El Barrio” de Caudiel. En este punto
coinciden además dos rutas para caminantes y ciclistas, como son el
sendero de pequeño recorrido PR-CV63 y el sendero “Camino del Cid”. Hay
marcas de estos senderos y un panel informativo.
A
partir de aquí, comienza un tramo de unos 6 kilómetros para disfrutar
de los contrastes y sucesivos cambios del paisaje, así como de las
vistas panorámicas.
Al principio nos
acompañará, a ambos lados de la vía, una rica vegetación de huertos,
frutales y árboles como acacias, nogales y algún que otro pino carrasco.
La
vía (Km 25,5) se eleva por uno de los más altos terraplenes de la ruta,
que nos permitirá contemplar magníficas vistas panorámicas y amplios
cultivos de secano, con la sierra de Espadán al fondo (declarada Parque
Natural).
Un desmonte de la vía (Km 27)
nos sirve para apreciar el peculiar aspecto de la geomorfología del
terreno. Posteriormente, descenderemos por una larga recta hacia Jérica,
con la Sierra Calderona al frente (declarada, igualmente, Parque
Natural).
La ruta continúa por un
desmonte (Km 29,5) que fue utilizado como escombrera cuando se
desmanteló la vía. Actualmente , quedan algunos restos en las paredes,
por lo que nos podemos imaginar la gran labor de desescombro que se tuvo
que realizar. Al poco, entramos en el túnel más largo de la ruta ( 520 m
.) que está iluminado y tampoco presenta ninguna dificultad el
atravesarlo.
A
la salida del último túnel, aparece ante nuestros ojos la población de
Jérica. Pocos metros después debemos dejar el trazado original y
desviarnos a la izquierda por un camino agrícola (está bien señalizado
el recorrido).
Entramos en Jérica
(Km 30,5) prestando la debida atención ante el tráfico y las señales
indicadoras de la vía verde. Pronto llegaremos a la plaza del pueblo (Km
31) con fuente, bares, comercios y la oficina de turismo. Se puede
aprovechar para descansar y pasear por el pueblo.
Destaca
la Torre Mudéjar de “las Campanas”, único ejemplo de arte mudéjar en
tierras valencianas. Jérica tuvo un recinto amurallado, aun se pueden
ver algunas torres adosadas a las casas. En lo alto de la Peña Tajada
está la torre del Homenaje. En esta zona se practica el deporte de la
escalada, con diferentes vías y dificultades (reconocidas
internacionalmente).
Continuamos nuestro
recorrido siguiendo las señales orientativas de vía verde para
descender por carretera hasta llegar primero a la depuradora y después a
la antigua caseta de guardabarreras, actualmente restaurada, donde
retomamos de nuevo la vía verde (Km 32,6).
Descendemos por otra larga trinchera hasta llegar al puente sobre el río Palancia (Km 34) cruzado por un largo viaducto de elegante factura, enfrentado al puente de la carretera.
A la altura del (Km 34,8) encontramos un área de descanso y la antigua estación de Jérica, con una balsa que servía para abastecer de agua a las locomotoras de vapor.
Continuamos descendiendo hacia Navajas próximos a la cabecera del embalse del Regajo (Km 36). Cruzamos la antigua carretera nacional 234, hoy abandonada al igual que la vieja caseta de guardabarreras (Km 36,7).
Poco
después, nos topamos con un túnel (Km 37,5) y a su salida nos veremos
gratamente sorprendidos por las magníficas vistas panorámicas del
embalse del Regajo, y que podremos contemplar mejor desde un mirador (Km 38) que nos regala una magnífica perspectiva del embalse del Regajo, junto a cuyo dique pasan apuradamente las vías de tren.
Entramos en otro túnel (Km 38,3) y al salir de él encontraremos la vieja cantera de Navajas,
donde se extraía y cargaba la piedra para la construcción de la
plataforma de la vía. En este punto se ubica otra área de descanso.
El
recorrido ahora continúa por un terraplén entre pinares, con la vista
de la población de Navajas y de la Sierra de Espadán al fondo. Pronto
alcanzaremos el cámping de Navajas (Km 39,3), situado en la parte alta
de esta recoleta villa.
Llegamos al
cruce de la antigua carretera N-234 y la caseta de guardabarreras (Km
40,3). Al llegar aquí, podemos dejar la vía y desviarnos a la izquierda,
siguiendo unos metros por carretera, y de nuevo otra desviación a la
izquierda hacia Navajas.
Navajas bien
merece una visita. Podemos contemplar la Torre árabe del siglo XI, muy
próxima a la vía verde; la Iglesia parroquial del siglo XVI y la plaza
con su árbol centenario (olmo plantado en 1636) y magníficas casas de
finales del siglo XIX.
La “Cascada del
Brazal”, con su espectacular salto de agua de 30 metros de altura, y el
“Salto de la Novia ”, de trágica leyenda, situados en un entorno casi
mágico junto al río Palancia, forman parte de su atractivo natural.
Pasamos por debajo de la nueva autovía (Km 41) e inmediatamente después tenemos dos opciones para acceder a Altura :
seguir a la izquierda por el casco urbano superando alguna que otra
pendiente pronunciada, o continuar a la derecha, por el trazado de la
plataforma, compartiendo el tráfico con vehículos a motor. Aunque luego se
ve cortada la vía por una balsa, que nos obliga a seguir las
indicaciones hasta llegar al otro lado de la ciudad, no sin antes pasar
por un agradable parque, con servicios de restaurante, hotel y piscina
(Km 42).
Unos metros más adelante,
retomamos de nuevo la vía verde, y al poco una señal indicadora de
sendero de pequeño recorrido (PR-63.9).
En el Km 44,2 nos encontramos con el área de descanso Rambla de Monteros. Cruzamos esta rambla por un puente y, a unos 500 m , un cruce de caminos con una señal que nos indica la antigua Cartuja de Vall de Crist.
Llegamos a la arruinada estación de Segorbe (Km
47,7) cuyos modestos restos están semiocultos entre la maleza y donde
encontramos otro área de descanso. La estación dista varias leguas de la
localidad que le daba nombre ya que la naturaleza industrial del
ferrocarril no le sujetaba a las servidumbres del transporte de
viajeros, ya atendidos por el ferrocarril de vía ancha, siendo sólo
necesario este enclave para el cruce de los trenes de mineral.
Segorbe
es la capital de la Comarca del Alto Palancia. Ciudad hispanoromana de
Segóbriga, donde resaltan edificios como la Catedral-Basílica del siglo
XII, el Ayuntamiento (antiguo Palacio Ducal del siglo XV), El Acueducto,
La Torre de la Cárcel y el Museo arqueológico.
A
la altura del Km 51,7, por debajo de la autovía y pegado al estribo del
puente de la línea de ADIF, un corto camino nos lleva a la estación de
Renfe y al pueblo de Soneja.
La
construcción de la autovía ha vuelto a cercenar la vía minera. El paso
queda felizmente resuelto por el camino de servicio que se ha tallado en
el monte, vial algo empinado pero que supera dignamente –y con un
cierto esfuerzo– estas dificultades. Se trata de un tramo con
circulación compartida, debidamente señalizado.
La
vía verde, gracias a la colaboración de los propietarios de la cantera,
prosigue ajustándose al pie de la vía de Renfe (ahora de ADIF) por una
nueva plataforma acondicionada libre del tránsito de vehículos a motor y
separada del movimiento de camiones de estas explotaciones (Km 52,8).
Así, deberemos superar uno de los puntos más alterados del antiguo
ferrocarril. La naturaleza geológica de este terreno fue un detalle que
no escapó a los fabricantes de yeso, que se entretuvieron en cavar una
vasta cantera que ha hecho desaparecer cualquier resto del ferrocarril
minero.
Un kilómetro más adelante,
aparece de nuevo el trazado original del ferrocarril y al poco, el área
de descanso y el mirador del pueblo de Sot de Ferrer, presidido por la estampa de la ermita de San Antonio.
En el Km 56,5 se llega al nudo de carreteras de El Juncar, bajo
el cual ha perecido inexorablemente el trazado del ferrocarril. La
feliz colaboración entre carreteras y vía verde, vuelve a repetirse
aquí. Así, los proyectistas de la autovía y de la vía verde han jugado
con los escasos metros libres existentes para encajar la traza entre los
pilares del puente, garantizando la continuidad de la ruta, a salvo de
los coches que utilizan este nudo de carreteras.
Al
otro lado del nudo, la vía verde prosigue internándose en una zona de
pinos y cultivos por un tramo de firme asfaltado (Km 56,7).
Llegamos a una profunda trinchera, que es cruzada por la carretera de Algar del Palancia
por un puente. Después atravesaremos un profundo badén provocado por el
trazado de la N 225 y pasaremos por debajo de esta carretera. Atención,
pues este tramo se comparte con otros vehículos.
Entre huertos de naranjos, nos acercamos al puente sobre la rambla del Somat o barranco de Arguinas (Km 60).
Una gran trinchera abre el camino hacia las tierras de Alfara de Algimia y Algimia de Alfara, ofreciendo perspectivas (Km 62) sobre el casco urbano de este segundo pueblo y los huertos de naranjos.
Un
camino a la izquierda (Km 62,3) conduce a la Estación de Algimia, a
unos 300 m . Aquí también se separa la Ruta Camino del Cid que va hacia Les Valls.
Al llegar a la casilla de guardabarreras de Algimia de Alfara
con el cruce de la antigua carretera N 234, se puede decir que finaliza
la ruta. Aunque podemos continuar un km más hasta el área de descanso,
donde acaba de momento la vía verde acondicionada. Pero lo mejor es que
dentro de poco se podrá llegar hasta Sagunto y aún más: un camino de
conexión enlazará con Puçol y con la Vía Verde de Xurra . De este modo se podrá llegar hasta la misma ciudad de Valencia a pie o en bicicleta a corto plazo.
V. V. de Ojos Negros II
La segunda etapa de este singular itinerario sobre el ferrocarril minero de
Sierra Menera comienza donde acabó la anterior, en las inmediaciones del límite
provincial entre Castellón y Teruel, a 6 km de la localidad castellonense de
Barracas . El cruce con el camino de la Fuen del Cepo, que parte desde la
carretera N 234, permite conectar con este punto. Ello, si es que no venimos
pedaleando o caminando por la magnífica Vía Verde de Ojos Negros I
desde tierras valencianas.
En cualquier caso, esta nueva etapa tiene, como las anteriores, el
aliciente de discurrir en su mayor parte en paralelo a la línea de Regionales
de RENFE Valencia-Teruel-Zaragoza, lo que nos permitirá planificar la ruta
desde cualquiera de sus estaciones. Concretamente en este tramo se nos ofrecen
las de Barracas, Rubielos de Mora, Sarrión, Puebla de Valverde, puerto de
Escandón, Teruel, Caudé y Cella. En cualquier punto del recorrido, si éste
llegara a cansarnos o así se nos antojara, podremos volver al punto de origen o
llegar hasta cualquier otra localidad del itinerario en alguno de los trenes
Regionales (excepto en los TRD) de la cercana línea de ferrocarril.
Aunque en la anterior etapa por la Comunidad Valenciana se empleó la
kilometración original de la vía, en esta parte del recorrido y hasta que
finalicen las obras de recuperación de la Vía Verde, se describe el trazado
desde el km 0, el cual estaría situado en el límite entre ambas comunidades
autónomas.
Km 0
Aunque nuestra Vía Verde tenga su inicio “oficial” en el límite provincial entre Teruel y Castellón, ya que este punto se encuentra lejos de cualquier sitio recomendamos que la ruta se inicie en la inmediata localidad castellonense de Barracas, lugar donde, además, paran los trenes de RENFE. Desde aquí, gracias a la Vía Verde de Ojos Negros (I) , acondicionada por la Generalitat Valenciana desde Algimia hasta este límite provincial, podremos disfrutar de estos últimos kilómetros de Vía Verde acondicionada en tierras de Valencia. Situado nuestro “kilómetro 0” en la linde entre provincias, esta nueva Vía Verde aragonesa avanza como un excelente pasillo, adentrándose en estas tierras casi virginales al pie de Javalambre, gracias a las recientes obras de acondicionamiento llevadas a cabo por la Diputación General de Aragón.
Aunque nuestra Vía Verde tenga su inicio “oficial” en el límite provincial entre Teruel y Castellón, ya que este punto se encuentra lejos de cualquier sitio recomendamos que la ruta se inicie en la inmediata localidad castellonense de Barracas, lugar donde, además, paran los trenes de RENFE. Desde aquí, gracias a la Vía Verde de Ojos Negros (I) , acondicionada por la Generalitat Valenciana desde Algimia hasta este límite provincial, podremos disfrutar de estos últimos kilómetros de Vía Verde acondicionada en tierras de Valencia. Situado nuestro “kilómetro 0” en la linde entre provincias, esta nueva Vía Verde aragonesa avanza como un excelente pasillo, adentrándose en estas tierras casi virginales al pie de Javalambre, gracias a las recientes obras de acondicionamiento llevadas a cabo por la Diputación General de Aragón.
La Vía Verde recién estrenada nos permitirá disfrutar de un cómodo paseo
por unos parajes suavemente ondulados en los que la vía se entretiene en trazar
curvas. En los km 1,8 y 3,1 de la ruta, la vía enfila el paso sobre los arroyos
de la Jaquesa y el Chopo, para los que se construyeron sendos viaductos, casi
clónicos, de 50 m de longitud que se conservan en perfecto estado.
Km 5
Tras el último,
la traza se aproxima sinuosamente a las vías del tren en activo. Alcanzamos
éstas junto a una abortada estación de ferrocarril, construida para atender el
pujante tráfico de trenes mineros que Sierra Menera cedió a RENFE cuando cerró
su ferrocarril. Este pequeño apartadero, denominado “Albentosa” habría
permitido el cruce de unos trenes que, finalmente, nunca se detuvieron en este
paraje. Sin más novedades, en el km 8,2 alcanzamos la estación de Albentosa
(esta vez la del ferrocarril minero), situada a pocos metros de la de Rubielos
de Mora (de Renfe). Aquí se inicia un tramo que conduce hacia uno de los
parajes más fascinantes de esta ruta: el paso por el viaducto de Albentosa
(km 12).
El barranco de Albentosa es un profundo tajo que un magro río ha tallado en
las calizas de la zona. El ferrocarril de vía ancha se vio obligado a construir
un espectacular viaducto. A su hermano pequeño, el ferrocarril minero, no le
quedó más remedio que hacer lo mismos. De esta manera, se construyó un esbelto
viaducto, de 7 arcos, que vuela a 50 m sobre el río durante 104 m. La parada en
este viaducto es más que obligada: desde arriba, los altos chopos parecen de
juguete y entre ellos culebrean las aguas del río Albentosa. Sobre nuestras
cabezas se eleva el pueblo de Albentosa, vigilante sobre las dos vías y
el barranco.
Viaductos y túneles
Nuestra ruta
prosigue en suave ascenso, afrontando otra larga galería: el túnel de
Albentosa. Serán casi 400 los metros que recorramos en curva. El túnel fue
aprovechado tras el cierre del ferrocarril para el cultivo de champiñones,
práctica hoy abandonada.
Al otro lado del túnel, la vía prosigue hacia el noreste, buscando la
proximidad de las otras vías hasta llegar a una nueva galería: el túnel de
Sarrión. Esta obra, de 352 m, se desarrolla en recta. Hasta hace poco
tiempo se podían apreciar en el suelo restos de centenares de sacos donde
medraron toneladas de champiñones durante unos años.
A la salida, la vía se apresta a cruzar el barranco de los Judíos.
De nuevo, un gran viaducto vuela a 17 m sobre el valle. Se cruzará el puente,
prosiguiendo sobre la gran curva que traza la vía para acercarse, en el km 19,
al casco urbano de Sarrión.
Km 19
Siempre hay una
buena excusa para acercarnos al pueblo y pasear por su típico caserío. En un
borde del casco urbano se levanta la estación de tren, otra oportunidad
de acceso a la ruta desde cualquiera de los automotores de Regionales que
tienen aquí parada.
Sarrión sirve de inicio a otro de los tramos más deliciosos del recorrido,
con el aliciente, además, de su reciente acondicionamiento. Con estas noticias
nos enfrentamos a un nuevo tramo que, a la salida del pueblo, enfila una
larguísima recta que se interna en el paraje de la Dehesa, un espacio
poblado por un virginal bosque mediterráneo, cuya calma sólo se altera con el
fugaz paso de algún tren por la vecina vía. Curva tras curva, la vía gana
altura alcanzando la vía “viva” junto a la masía –de enigmático nombre-
de Tripa Azul.
En este lugar, un inquietante paso superior permitía cruzar a los trenes
mineros sobre los de vía ancha (km 25,8). Lo de “inquietante” viene por el mal
estado del puente. De todas formas no será necesario aventurarse sobre sus
oxidados hierros: 100 m más adelante se ve otro puente, de sólida piedra, que
cruza fácilmente sobre el trazado de la línea de ADIF (antes de Renfe).
Una vez cruzadas las vías, ambas se emparejan desde este momento durante
varios kilómetros. Rodeada de coníferas, la vía, con un buen firme, enfila en
línea recta. Las obras de fábrica de ambos ferrocarriles, casi en paralelo,
irán sucediéndose hasta que lleguemos a la abandonada y solitaria estación
de Renfe del Pozo del Fraile (km 28,4).
Pasada la
estación, la Vía Verde avanza entre un bosque de gran atractivo donde encinas,
coníferas y árboles de hoja caduca acompañan continuamente al viajero. Bajo
esta foresta iremos hasta alcanzar, en unos 2 km, los apeaderos de La Parra
(km 31,2). Desde estas venerables ruinas, la vía llega en breve a otro
espectacular viaducto, en este caso sobre el barranco de Peñaflor, más conocido
en estos predios como “Puente Chispo”. Las dimensiones son de nota: 22
metros de altura y 89 de longitud. El viaducto del ferrocarril minero es
paralelo al de la línea de tren activo y de parecidas características, aunque
como curiosidad cabe decir que, en este último, la parte central del viaducto
fue volada durante la Guerra Civil, caso que sufrieron otras obras de fábricas
de los gemelos ferrocarriles, trocados en objetivos militares dado su valor estratégico.
Pasado el viaducto, el trazado ferroviario se encontraba con uno de los
problemas de continuidad más serios de todo el trazado. La ocupación de la
plataforma por una planta de áridos impide continuar por la traza original. Por
si estos no fuera suficiente, pasada esta instalación la traza se encuentra
nuevamente invalidada por un vertedero y cegado un paso superior sobre la vía.
Por todo ello, en este conflictivo punto habrá que bordear estas instalaciones
por la derecha para posicionarse de nuevo en la traza unos metros más allá.
Afortunadamente, las obras en la zona para el desdoblamiento de la carretera
N234 en autovía han permitido también crear un trazado alternativo para la Vía
Verde en todo este tramo que proporciona un tránsito seguro a los usuarios.
A la salida del citado paso superior, la vía reaparece hasta llegar a las
gemelas estaciones de La Puebla de Valverde. Si queremos, podemos acercarnos
hasta la agradable localidad que dio nombre a las estaciones. A ella podremos
llegar fácilmente, siguiendo el casi abandonado trazado de la vieja carretera
que arranca justo detrás de la gasolinera situada en esta zona, a pocos metros
del corte. Para llegar desde el pueblo hasta la estación sólo hay que seguir la
solitaria carretera de Camarena, arribando a la Vía Verde en apenas unos 1.500
m.
Las estaciones de La Puebla (km 33,7) son hoy un tranquilo lugar en
el que hay muy poco movimiento aunque en tiempos llegó a existir hasta un
hostal que atendía el paso de los viajeros. Lo más fácil para todos es
acercarnos a La Puebla de Valverde, distante tan sólo 2 km de este lugar
por la antigua carretera, y reposar de la primera mitad de tan larga travesía
en esta histórica villa.
Trepando hacia Escandón
Pasada la estación, la vía fue sepultada por el trazado de una carretera.
Esto nos obliga a cruzar la misma a nivel para seguir ruta hacia el puerto de
Escandón. Aunque debidamente señalizada, conviene cruzar con mucha atención. El
paisaje de monte bajo es el protagonista de este tramo así como el paso por
algunas trincheras.
En el km 38 nos
iremos encontrando con un buen n úmero de pequeños puentes que superan varios
barrancos, para encaminarnos ya en una larga recta hacia la subida del puerto
de Escandón a través de un paisaje suave y alomado. El puerto se corona en el
km 43, punto en el que veremos la estación de Puerto Escandón y los
escasísimos restos de la estación de nuestro ferrocarril minero. Hasta no hace
mucho tiempo, el pujante tráfico de trenes de mineral tenía un importante
centro logístico en esta remota estación del puerto de Escandón, situada al
final de una dura rampa que ascendía desde Teruel. Desaparecido este tráfico,
la estación vive un lánguido devenir. En paralelo, los trenes de Sierra Menera
tenían una estación que cumplía la misma misión: dar un respiro a los agotados
trenes que, cargados de hierro, remontaban su propia rampa. Salvo los restos
del foso donde daban la vuelta las locomotoras, nada queda ya de aquel animado
nudo del ferrocarril minero.
Hasta aquí llegan las obras de acondicionamiento de la Diputación General
de Aragón, siendo el Ministerio de Medio Ambiente el que ha llevado a cabo las
obras de acondicionamiento desde el Puerto de Escandón hasta Santa Eulalia,
inaugurados en marzo de 2008. Pronto tendréis más información de este nuevo
tramo.
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