dijous, 3 de maig del 2012

Via verde ojos negros I i II. Semana Santa 2012

 Vía Verde de Ojos Negros I y II

HISTORIA DEL FERROCARRI DE LAS MINA DE OJOS NEGROS


El ferrocarril minero de Sierra Menera comenzó a funcionar el 27 de julio de 1907 transportando el hierro de los ricos filones situados en las minas de Ojos Negros (Teruel) hacia el puerto de Sagunto. Estos yacimientos se hallaban a tan sólo 15 km del ferrocarril de vía ancha explotado por la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón. A pesar de la corta distancia, dadas las altas tarifas que imponía la Compañía del Central, la empresa minera se planteó la construcción de un ferrocarril propio desde las minas hasta un embarcadero en la costa. La desmesura fue tal que se tendió un ferrocarril de 205 km de longitud, de vía estrecha, casi en su totalidad paralelo a las vías del Central de Aragón.

© Sierra Menera: Tren remolcado por una locomotora "Mastodonte" en el lado opuesto de AlbentosaConcebido únicamente para el transporte de mineral, su vida estuvo siempre condicionada por el nivel de actividad de su cuenca minera. El aumento de la producción fue constante, especialmente desde la puesta en marcha de la planta siderúrgica de Sagunto. La demanda de transporte sin embargo creció de tal forma, que la empresa minera comprobó que su ferrocarril estaba siendo un auténtico cuello de botella que estrangulaba sus posibilidades de expansión. Por ello comenzaron los contactos con RENFE para traspasar a esta empresa el transporte de hierro.

En 1972 se clausura el ferrocarril, aprovechando RENFE algunos tramos de Sierra Menera, en los dos extremos de la línea, para el tráfico de sus trenes de vía ancha. Poco después se levantaron las vías y su material móvil aún válido fue reutilizado por otros ferrocarriles de vía estrecha nacionales.

V. V. de Ojos Negros I

La Vía Verde de Ojos Negros en su tramo valenciano desde Barracas (Castellón) -límite con Aragón- hasta Algimia de Alfara y Torres – Torres (Valencia), ha sido acometido por la Generalitat Valenciana. Hay que advertir que se ha respetado la kilometración original con la que contaba la vía minera, con la idea de preservar lo histórico y más importante: con la previsión de que en un futuro próximo –cuando la Vía Verde se termine de ejecutar en todo su trayecto– exista una unidad kilométrica entre ambos tramos con un recorrido de casi 200 km . Así pues el km 0 estará en las minas de Ojos Negros (Teruel) y el km 203 en el Puerto de Sagunto. Actualmente, además del tramo que aquí se describe existen otros 92 Km por tierras de Teruel hasta la localidad de Santa Eulalia, lo que la convierte en la vía verde más larga de España con 162 km continuos.

Esta vía cuenta con un atractivo añadido que facilitará nuestra excursión: la vía está acompañada en casi todo su recorrido por la línea de ferrocarril Valencia-Teruel y existen varias paradas muy próximas al trazado de la Vía Verde , desde las cuales podemos acceder a ella. Son las siguientes: Algimia, Soneja, Segorbe, Navajas, Jérica y Caudiel. Recomendamos a los ciclistas que consulten las condiciones de admisión de bicicletas a bordo de los trenes en www.renfe.es para evitar sorpresas de última hora.

Km 0
El recorrido comienza en la estación de Barracas. Para tomar la Vía Verde , hay que dirigirse hacia el pueblo y pronto observaremos unas escalinatas que conducen a la carretera de El Toro. La tomamos, e inmediatamente cruzamos las vías por un puente y giramos a la izquierda por un camino rural asfaltado. A unos 150 m . está el acceso a la vía verde.
También podríamos acercarnos al Km 119,2 (del kilometraje original) y llegaríamos a la antigua estación de Barracas de la vía verde (zona del “Palancar” a 5,5 Kms.) muy próxima al límite con Teruel y convertida por la Conselleria de Medio Ambiente, de la Generalitat Valenciana , en albergue y gran zona de esparcimiento.
Dejamos el pueblo y nos enfilamos por una larga recta hacia el Llano de Barracas. Aparecerán unas trincheras con muros de piedra a modo de “cortanieves”, un camino a la izquierda que conduce a la población de El Toro y una chopera ubicada entre dos terraplenes, donde se sitúa un Área de descanso (Km 2,8).
En esta meseta, en el Km 4,7 de la vía verde debe abandonar la antigua traza y discurrir por un habilitado camino rural con muy poco tráfico. Cruzaremos la vía en activo por debajo de un puente al igual que hacía el ferrocarril minero pero unos cientos de metros más adelante. Una vez cruzadas las vías, retomamos la vía verde (Km 6), que discurre en trazado completamente recto y paralelo a las vías en uso de ADIF. La vía afronta desde aquí el descenso del mítico Puerto del Ragudo. Un kilómetro después, nos topamos con el Sendero de Gran Recorrido GR-7, cuyas marcas nos acompañarán durante unos cuantos kilómetros.
La vía verde prosigue entre un paisaje protagonizado por los pinares del entorno. En el Km 8,7 se alcanzan las dos estaciones de Torás (ADIF y Sierra Morena) ambas abandonadas.
Km. 10
El Sendero GR-7 se desvía, entre la pinada, hacia la aldea de Monleón. Un kilómetro y medio después un cartel nos indica que hay una fuente.
En el (Km 12,3) se sitúa el Mirador del Ragudo . Magnífica oportunidad para contemplar las Sierras de Espadán, al Este y la Calderona , al Sur.
Una vez pasado un viaducto (Km 12,6) aparece a la derecha una caseta refugio que puede ser utilizada para guarecerse de las inclemencias (frio, nieve o lluvia) ya que tiene una chimenea y leña.
A la altura del Km. 13 aparece el primer túnel de la ruta, el túnel del Ragudo, larga galería de 237 m . Posteriormente, atravesaremos otros dos túneles, pero ya de menor longitud.
Alcanzaremos las inmediaciones de la estación de Masadas Blancas (Km 15) junto al cruce con el viejo trazado de la carretera N 234 y que cuenta con un Área de descanso. Unos 300 metros después observamos un bunker nido de ametralladoras de la Guerra Civil. El firme ahora es de tierra compactada (unos 500 m .) debido a las obras del cruce de la autovía, que pasaremos por un paso inferior.
En el Km 16,5 la vía se interna en un agreste terreno de pinares. A la izquierda el sendero GR-7 se separa, definitivamente, siguiendo el antiguo Camino Real de Aragón.
Km. 20
Viaducto de La Fuensanta. Esta gran obra, de casi 150 m de longitud, se dispone casi completamente adosada a la de su vía hermana. En este punto se recomienda una pequeña excursión al fondo del barranco, al que se puede bajar por un camino a la izquierda. De ese modo, podremos apreciar la grandiosa y bella obra de dos viaductos paralelos y casi adosados. Estas sobrias obras de ingeniería engrandecen este paraje e invitan a la parada contemplativa. Esta escala nos permitirá, al mismo tiempo, refrescarnos con el agua del manantial que existe a la vera del camino, anunciada por el verdor que se desparrama a su alrededor.
En el Km 22,8 llegamos a la estación de Caudiel, solitario enclave todavía en buen estado y donde aún se conservan, en un nivel superior a las vías, las balsas de agua para las potentes locomotoras de vapor de Sierra Menera, lugar que se ha aprovechado para la instalación de un Área de descanso.
Antes de llegar al túnel de Caudiel, en el Km 23,4, un camino a la derecha conduce a la estación de tren, que está a unos 500 metros de este desvío.
En el Km 24 aparece la entrada del túnel repleta de vegetación. Con 220 metros de longitud, su paso no presenta dificultad, pues está iluminado mediante encendido automático y su firme cementado.
Nada más salir de este túnel nos encontramos con una fuente-lavadero y las casas que forman parte de “El Barrio” de Caudiel. En este punto coinciden además dos rutas para caminantes y ciclistas, como son el sendero de pequeño recorrido PR-CV63 y el sendero “Camino del Cid”. Hay marcas de estos senderos y un panel informativo.
A partir de aquí, comienza un tramo de unos 6 kilómetros para disfrutar de los contrastes y sucesivos cambios del paisaje, así como de las vistas panorámicas.
Al principio nos acompañará, a ambos lados de la vía, una rica vegetación de huertos, frutales y árboles como acacias, nogales y algún que otro pino carrasco.
La vía (Km 25,5) se eleva por uno de los más altos terraplenes de la ruta, que nos permitirá contemplar magníficas vistas panorámicas y amplios cultivos de secano, con la sierra de Espadán al fondo (declarada Parque Natural).
Un desmonte de la vía (Km 27) nos sirve para apreciar el peculiar aspecto de la geomorfología del terreno. Posteriormente, descenderemos por una larga recta hacia Jérica, con la Sierra Calderona al frente (declarada, igualmente, Parque Natural).
La ruta continúa por un desmonte (Km 29,5) que fue utilizado como escombrera cuando se desmanteló la vía. Actualmente , quedan algunos restos en las paredes, por lo que nos podemos imaginar la gran labor de desescombro que se tuvo que realizar. Al poco, entramos en el túnel más largo de la ruta ( 520 m .) que está iluminado y tampoco presenta ninguna dificultad el atravesarlo.
Km. 30
A la salida del último túnel, aparece ante nuestros ojos la población de Jérica. Pocos metros después debemos dejar el trazado original y desviarnos a la izquierda por un camino agrícola (está bien señalizado el recorrido).
Entramos en Jérica (Km 30,5) prestando la debida atención ante el tráfico y las señales indicadoras de la vía verde. Pronto llegaremos a la plaza del pueblo (Km 31) con fuente, bares, comercios y la oficina de turismo. Se puede aprovechar para descansar y pasear por el pueblo.
Destaca la Torre Mudéjar de “las Campanas”, único ejemplo de arte mudéjar en tierras valencianas. Jérica tuvo un recinto amurallado, aun se pueden ver algunas torres adosadas a las casas. En lo alto de la Peña Tajada está la torre del Homenaje. En esta zona se practica el deporte de la escalada, con diferentes vías y dificultades (reconocidas internacionalmente).
Continuamos nuestro recorrido siguiendo las señales orientativas de vía verde para descender por carretera hasta llegar primero a la depuradora y después a la antigua caseta de guardabarreras, actualmente restaurada, donde retomamos de nuevo la vía verde (Km 32,6).
Descendemos por otra larga trinchera hasta llegar al puente sobre el río Palancia (Km 34) cruzado por un largo viaducto de elegante factura, enfrentado al puente de la carretera.
A la altura del (Km 34,8) encontramos un área de descanso y la antigua estación de Jérica, con una balsa que servía para abastecer de agua a las locomotoras de vapor.
Continuamos descendiendo hacia Navajas próximos a la cabecera del embalse del Regajo (Km 36). Cruzamos la antigua carretera nacional 234, hoy abandonada al igual que la vieja caseta de guardabarreras (Km 36,7).
Poco después, nos topamos con un túnel (Km 37,5) y a su salida nos veremos gratamente sorprendidos por las magníficas vistas panorámicas del embalse del Regajo, y que podremos contemplar mejor desde un mirador (Km 38) que nos regala una magnífica perspectiva del embalse del Regajo, junto a cuyo dique pasan apuradamente las vías de tren.
Entramos en otro túnel (Km 38,3) y al salir de él encontraremos la vieja cantera de Navajas, donde se extraía y cargaba la piedra para la construcción de la plataforma de la vía. En este punto se ubica otra área de descanso.
El recorrido ahora continúa por un terraplén entre pinares, con la vista de la población de Navajas y de la Sierra de Espadán al fondo. Pronto alcanzaremos el cámping de Navajas (Km 39,3), situado en la parte alta de esta recoleta villa.
Llegamos al cruce de la antigua carretera N-234 y la caseta de guardabarreras (Km 40,3). Al llegar aquí, podemos dejar la vía y desviarnos a la izquierda, siguiendo unos metros por carretera, y de nuevo otra desviación a la izquierda hacia Navajas.
Navajas bien merece una visita. Podemos contemplar la Torre árabe del siglo XI, muy próxima a la vía verde; la Iglesia parroquial del siglo XVI y la plaza con su árbol centenario (olmo plantado en 1636) y magníficas casas de finales del siglo XIX.
La “Cascada del Brazal”, con su espectacular salto de agua de 30 metros de altura, y el “Salto de la Novia ”, de trágica leyenda, situados en un entorno casi mágico junto al río Palancia, forman parte de su atractivo natural.
Km. 40
Pasamos por debajo de la nueva autovía (Km 41) e inmediatamente después tenemos dos opciones para acceder a Altura : seguir a la izquierda por el casco urbano superando alguna que otra pendiente pronunciada, o continuar a la derecha, por el trazado de la plataforma, compartiendo el tráfico con vehículos a motor. Aunque luego se ve cortada la vía por una balsa, que nos obliga a seguir las indicaciones hasta llegar al otro lado de la ciudad, no sin antes pasar por un agradable parque, con servicios de restaurante, hotel y piscina (Km 42).
Unos metros más adelante, retomamos de nuevo la vía verde, y al poco una señal indicadora de sendero de pequeño recorrido (PR-63.9).
En el Km 44,2 nos encontramos con el área de descanso Rambla de Monteros. Cruzamos esta rambla por un puente y, a unos 500 m , un cruce de caminos con una señal que nos indica la antigua Cartuja de Vall de Crist.
Llegamos a la arruinada estación de Segorbe (Km 47,7) cuyos modestos restos están semiocultos entre la maleza y donde encontramos otro área de descanso. La estación dista varias leguas de la localidad que le daba nombre ya que la naturaleza industrial del ferrocarril no le sujetaba a las servidumbres del transporte de viajeros, ya atendidos por el ferrocarril de vía ancha, siendo sólo necesario este enclave para el cruce de los trenes de mineral.
Segorbe es la capital de la Comarca del Alto Palancia. Ciudad hispanoromana de Segóbriga, donde resaltan edificios como la Catedral-Basílica del siglo XII, el Ayuntamiento (antiguo Palacio Ducal del siglo XV), El Acueducto, La Torre de la Cárcel y el Museo arqueológico. 
 
Km. 50
A la altura del Km 51,7, por debajo de la autovía y pegado al estribo del puente de la línea de ADIF, un corto camino nos lleva a la estación de Renfe y al pueblo de Soneja.
La construcción de la autovía ha vuelto a cercenar la vía minera. El paso queda felizmente resuelto por el camino de servicio que se ha tallado en el monte, vial algo empinado pero que supera dignamente –y con un cierto esfuerzo– estas dificultades. Se trata de un tramo con circulación compartida, debidamente señalizado.
La vía verde, gracias a la colaboración de los propietarios de la cantera, prosigue ajustándose al pie de la vía de Renfe (ahora de ADIF) por una nueva plataforma acondicionada libre del tránsito de vehículos a motor y separada del movimiento de camiones de estas explotaciones (Km 52,8). Así, deberemos superar uno de los puntos más alterados del antiguo ferrocarril. La naturaleza geológica de este terreno fue un detalle que no escapó a los fabricantes de yeso, que se entretuvieron en cavar una vasta cantera que ha hecho desaparecer cualquier resto del ferrocarril minero.
Un kilómetro más adelante, aparece de nuevo el trazado original del ferrocarril y al poco, el área de descanso y el mirador del pueblo de Sot de Ferrer, presidido por la estampa de la ermita de San Antonio.
En el Km 56,5 se llega al nudo de carreteras de El Juncar, bajo el cual ha perecido inexorablemente el trazado del ferrocarril. La feliz colaboración entre carreteras y vía verde, vuelve a repetirse aquí. Así, los proyectistas de la autovía y de la vía verde han jugado con los escasos metros libres existentes para encajar la traza entre los pilares del puente, garantizando la continuidad de la ruta, a salvo de los coches que utilizan este nudo de carreteras.
Al otro lado del nudo, la vía verde prosigue internándose en una zona de pinos y cultivos por un tramo de firme asfaltado (Km 56,7).
Llegamos a una profunda trinchera, que es cruzada por la carretera de Algar del Palancia por un puente. Después atravesaremos un profundo badén provocado por el trazado de la N 225 y pasaremos por debajo de esta carretera. Atención, pues este tramo se comparte con otros vehículos.
Km. 60
Entre huertos de naranjos, nos acercamos al puente sobre la rambla del Somat o barranco de Arguinas (Km 60).
Una gran trinchera abre el camino hacia las tierras de Alfara de Algimia y Algimia de Alfara, ofreciendo perspectivas (Km 62) sobre el casco urbano de este segundo pueblo y los huertos de naranjos.
Un camino a la izquierda (Km 62,3) conduce a la Estación de Algimia, a unos 300 m . Aquí también se separa la Ruta Camino del Cid que va hacia Les Valls.
Al llegar a la casilla de guardabarreras de Algimia de Alfara con el cruce de la antigua carretera N 234, se puede decir que finaliza la ruta. Aunque podemos continuar un km más hasta el área de descanso, donde acaba de momento la vía verde acondicionada. Pero lo mejor es que dentro de poco se podrá llegar hasta Sagunto y aún más: un camino de conexión enlazará con Puçol y con la Vía Verde de Xurra . De este modo se podrá llegar hasta la misma ciudad de Valencia a pie o en bicicleta a corto plazo.

V. V. de Ojos Negros II

La segunda etapa de este singular itinerario sobre el ferrocarril minero de Sierra Menera comienza donde acabó la anterior, en las inmediaciones del límite provincial entre Castellón y Teruel, a 6 km de la localidad castellonense de Barracas . El cruce con el camino de la Fuen del Cepo, que parte desde la carretera N 234, permite conectar con este punto. Ello, si es que no venimos pedaleando o caminando por la magnífica Vía Verde de Ojos Negros I desde tierras valencianas.



En cualquier caso, esta nueva etapa tiene, como las anteriores, el aliciente de discurrir en su mayor parte en paralelo a la línea de Regionales de RENFE Valencia-Teruel-Zaragoza, lo que nos permitirá planificar la ruta desde cualquiera de sus estaciones. Concretamente en este tramo se nos ofrecen las de Barracas, Rubielos de Mora, Sarrión, Puebla de Valverde, puerto de Escandón, Teruel, Caudé y Cella. En cualquier punto del recorrido, si éste llegara a cansarnos o así se nos antojara, podremos volver al punto de origen o llegar hasta cualquier otra localidad del itinerario en alguno de los trenes Regionales (excepto en los TRD) de la cercana línea de ferrocarril. 


Aunque en la anterior etapa por la Comunidad Valenciana se empleó la kilometración original de la vía, en esta parte del recorrido y hasta que finalicen las obras de recuperación de la Vía Verde, se describe el trazado desde el km 0, el cual estaría situado en el límite entre ambas comunidades autónomas.
 
Km 0
Aunque nuestra Vía Verde tenga su inicio “oficial” en el límite provincial entre Teruel y Castellón, ya que este punto se encuentra lejos de cualquier sitio recomendamos que la ruta se inicie en la inmediata localidad castellonense de Barracas, lugar donde, además, paran los trenes de RENFE. Desde aquí, gracias a la Vía Verde de Ojos Negros (I) , acondicionada por la Generalitat Valenciana desde Algimia hasta este límite provincial, podremos disfrutar de estos últimos kilómetros de Vía Verde acondicionada en tierras de Valencia. Situado nuestro “kilómetro 0” en la linde entre provincias, esta nueva Vía Verde aragonesa avanza como un excelente pasillo, adentrándose en estas tierras casi virginales al pie de Javalambre, gracias a las recientes obras de acondicionamiento llevadas a cabo por la Diputación General de Aragón. 































La Vía Verde recién estrenada nos permitirá disfrutar de un cómodo paseo por unos parajes suavemente ondulados en los que la vía se entretiene en trazar curvas. En los km 1,8 y 3,1 de la ruta, la vía enfila el paso sobre los arroyos de la Jaquesa y el Chopo, para los que se construyeron sendos viaductos, casi clónicos, de 50 m de longitud que se conservan en perfecto estado.

Km 5
 


 Tras el último, la traza se aproxima sinuosamente a las vías del tren en activo. Alcanzamos éstas junto a una abortada estación de ferrocarril, construida para atender el pujante tráfico de trenes mineros que Sierra Menera cedió a RENFE cuando cerró su ferrocarril. Este pequeño apartadero, denominado “Albentosa” habría permitido el cruce de unos trenes que, finalmente, nunca se detuvieron en este paraje. Sin más novedades, en el km 8,2 alcanzamos la estación de Albentosa (esta vez la del ferrocarril minero), situada a pocos metros de la de Rubielos de Mora (de Renfe). Aquí se inicia un tramo que conduce hacia uno de los parajes más fascinantes de esta ruta: el paso por el viaducto de Albentosa (km 12).
El barranco de Albentosa es un profundo tajo que un magro río ha tallado en las calizas de la zona. El ferrocarril de vía ancha se vio obligado a construir un espectacular viaducto. A su hermano pequeño, el ferrocarril minero, no le quedó más remedio que hacer lo mismos. De esta manera, se construyó un esbelto viaducto, de 7 arcos, que vuela a 50 m sobre el río durante 104 m. La parada en este viaducto es más que obligada: desde arriba, los altos chopos parecen de juguete y entre ellos culebrean las aguas del río Albentosa. Sobre nuestras cabezas se eleva el pueblo de Albentosa, vigilante sobre las dos vías y el barranco.
Viaductos y túneles




Nuestra ruta prosigue en suave ascenso, afrontando otra larga galería: el túnel de Albentosa. Serán casi 400 los metros que recorramos en curva. El túnel fue aprovechado tras el cierre del ferrocarril para el cultivo de champiñones, práctica hoy abandonada.
Al otro lado del túnel, la vía prosigue hacia el noreste, buscando la proximidad de las otras vías hasta llegar a una nueva galería: el túnel de Sarrión. Esta obra, de 352 m, se desarrolla en recta. Hasta hace poco tiempo se podían apreciar en el suelo restos de centenares de sacos donde medraron toneladas de champiñones durante unos años.
A la salida, la vía se apresta a cruzar el barranco de los Judíos. De nuevo, un gran viaducto vuela a 17 m sobre el valle. Se cruzará el puente, prosiguiendo sobre la gran curva que traza la vía para acercarse, en el km 19, al casco urbano de Sarrión.


Km 19



Siempre hay una buena excusa para acercarnos al pueblo y pasear por su típico caserío. En un borde del casco urbano se levanta la estación de tren, otra oportunidad de acceso a la ruta desde cualquiera de los automotores de Regionales que tienen aquí parada.
Sarrión sirve de inicio a otro de los tramos más deliciosos del recorrido, con el aliciente, además, de su reciente acondicionamiento. Con estas noticias nos enfrentamos a un nuevo tramo que, a la salida del pueblo, enfila una larguísima recta que se interna en el paraje de la Dehesa, un espacio poblado por un virginal bosque mediterráneo, cuya calma sólo se altera con el fugaz paso de algún tren por la vecina vía. Curva tras curva, la vía gana altura alcanzando la vía “viva” junto a la masía –de enigmático nombre- de Tripa Azul.
Km 25
En este lugar, un inquietante paso superior permitía cruzar a los trenes mineros sobre los de vía ancha (km 25,8). Lo de “inquietante” viene por el mal estado del puente. De todas formas no será necesario aventurarse sobre sus oxidados hierros: 100 m más adelante se ve otro puente, de sólida piedra, que cruza fácilmente sobre el trazado de la línea de ADIF (antes de Renfe).
Una vez cruzadas las vías, ambas se emparejan desde este momento durante varios kilómetros. Rodeada de coníferas, la vía, con un buen firme, enfila en línea recta. Las obras de fábrica de ambos ferrocarriles, casi en paralelo, irán sucediéndose hasta que lleguemos a la abandonada y solitaria estación de Renfe del Pozo del Fraile (km 28,4). 

Km 30

 

 Pasada la estación, la Vía Verde avanza entre un bosque de gran atractivo donde encinas, coníferas y árboles de hoja caduca acompañan continuamente al viajero. Bajo esta foresta iremos hasta alcanzar, en unos 2 km, los apeaderos de La Parra (km 31,2). Desde estas venerables ruinas, la vía llega en breve a otro espectacular viaducto, en este caso sobre el barranco de Peñaflor, más conocido en estos predios como “Puente Chispo”. Las dimensiones son de nota: 22 metros de altura y 89 de longitud. El viaducto del ferrocarril minero es paralelo al de la línea de tren activo y de parecidas características, aunque como curiosidad cabe decir que, en este último, la parte central del viaducto fue volada durante la Guerra Civil, caso que sufrieron otras obras de fábricas de los gemelos ferrocarriles, trocados en objetivos militares dado su valor estratégico.
Pasado el viaducto, el trazado ferroviario se encontraba con uno de los problemas de continuidad más serios de todo el trazado. La ocupación de la plataforma por una planta de áridos impide continuar por la traza original. Por si estos no fuera suficiente, pasada esta instalación la traza se encuentra nuevamente invalidada por un vertedero y cegado un paso superior sobre la vía. Por todo ello, en este conflictivo punto habrá que bordear estas instalaciones por la derecha para posicionarse de nuevo en la traza unos metros más allá. Afortunadamente, las obras en la zona para el desdoblamiento de la carretera N234 en autovía han permitido también crear un trazado alternativo para la Vía Verde en todo este tramo que proporciona un tránsito seguro a los usuarios.
A la salida del citado paso superior, la vía reaparece hasta llegar a las gemelas estaciones de La Puebla de Valverde. Si queremos, podemos acercarnos hasta la agradable localidad que dio nombre a las estaciones. A ella podremos llegar fácilmente, siguiendo el casi abandonado trazado de la vieja carretera que arranca justo detrás de la gasolinera situada en esta zona, a pocos metros del corte. Para llegar desde el pueblo hasta la estación sólo hay que seguir la solitaria carretera de Camarena, arribando a la Vía Verde en apenas unos 1.500 m.
Las estaciones de La Puebla (km 33,7) son hoy un tranquilo lugar en el que hay muy poco movimiento aunque en tiempos llegó a existir hasta un hostal que atendía el paso de los viajeros. Lo más fácil para todos es acercarnos a La Puebla de Valverde, distante tan sólo 2 km de este lugar por la antigua carretera, y reposar de la primera mitad de tan larga travesía en esta histórica villa.
Trepando hacia Escandón
Pasada la estación, la vía fue sepultada por el trazado de una carretera. Esto nos obliga a cruzar la misma a nivel para seguir ruta hacia el puerto de Escandón. Aunque debidamente señalizada, conviene cruzar con mucha atención. El paisaje de monte bajo es el protagonista de este tramo así como el paso por algunas trincheras. 

Km 38

En el km 38 nos iremos encontrando con un buen n úmero de pequeños puentes que superan varios barrancos, para encaminarnos ya en una larga recta hacia la subida del puerto de Escandón a través de un paisaje suave y alomado. El puerto se corona en el km 43, punto en el que veremos la estación de Puerto Escandón y los escasísimos restos de la estación de nuestro ferrocarril minero. Hasta no hace mucho tiempo, el pujante tráfico de trenes de mineral tenía un importante centro logístico en esta remota estación del puerto de Escandón, situada al final de una dura rampa que ascendía desde Teruel. Desaparecido este tráfico, la estación vive un lánguido devenir. En paralelo, los trenes de Sierra Menera tenían una estación que cumplía la misma misión: dar un respiro a los agotados trenes que, cargados de hierro, remontaban su propia rampa. Salvo los restos del foso donde daban la vuelta las locomotoras, nada queda ya de aquel animado nudo del ferrocarril minero.
Hasta aquí llegan las obras de acondicionamiento de la Diputación General de Aragón, siendo el Ministerio de Medio Ambiente el que ha llevado a cabo las obras de acondicionamiento desde el Puerto de Escandón hasta Santa Eulalia, inaugurados en marzo de 2008. Pronto tendréis más información de este nuevo tramo.
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